Los anuncios divertidos pueden tener éxito, pero hay que tener cuidado en cómo se usa el humor en la publicidad para que no resulte en un fiasco.

Cuando los publicistas perciben el estado de ánimo de una sociedad, es común que recurran al humor en sus anuncios a fin de lograr un posicionamiento de marca.

Es una apuesta riesgosa, pero muchos están recurriendo al humor porque consideran que es necesario en nuestro país, principalmente en estos tiempos.

Y decimos que es arriesgado porque si queremos crear un spot de radio utilizando el humor se debe tener mucho cuidado. Así como pudiera tener una conexión inmediata con nuestro mercado, también puede provocar rechazo al anuncio y, peor aún, a la marca.

Por ello, los expertos dicen que es un terreno resbaladizo en el que se debe analizar a profundidad el contenido, pues de lo contrario, los resultados serán negativos.

Humor, un escape

Antes de hacer publicidad en la que involucremos el humor, es importante decir que la marca debe ser como una persona: debe caer bien.

Y, con este precepto en mente, es obligado cuidar el humor en nuestros mensajes; el humor no es caer en la vulgaridad ni en la burla.

Un buen anuncio divertido para el radioescucha, por ejemplo, le debe provocar sonrisas, diversión, alegría y cambiarle momentáneamente el estado de ánimo.

Este cambio debe ir acompañado de un mensaje contundente de la marca, a fin de que se le quede grabado en la mente.

Si nuestros radioescuchas pronuncian frases como “este comercial de la marca (x) me hace reír mucho”, o “está muy bueno ese comercial de (x) marca”, entonces se cumple con el propósito del mensaje.

Creatividad, la base

Por el contrario, si el mensaje va cargado de vulgaridad y ofensas contra un segmento, grupo o personas en particular, el escucha reaccionará de manera adversa no solo contra el mensaje, sino contra la marca misma.

Cuando una marca decide recurrir al humor, debe considerar varios aspectos importantes como definir el estilo, la tonalidad e incluso la musicalización.

Todos estos factores deben ser considerados el fin de crear una reacción positiva entre el consumidor. Si falla alguno de ellos, entonces se fracasa.

Y la creatividad debe considerar los principios básicos del anuncio: informar al consumidor, persuadirlo a que compre el producto y dejarlo plasmado en su mente para que lo identifique rápido.

Si se logra transmitir todo esto con humor, entonces la estrategia habrá funcionado.

La mezcla ideal

El humor en la publicidad tampoco debe verse siempre como una aventura arriesgada; es una opción que nadie puede descartar.

Como bien lo dicen los expertos, las marcas con buen sentido del humor, son marcas que son valoradas de una manera positiva.

Por ello, la mezcla perfecta de un anuncio con humor debe llevar: creatividad, lenguaje adecuado, mensaje y provocación.

El resultado tiene que llevar al consumidor a grabarse la marca y a convencerlo de consumir el producto.

Intentar ser divertido no es malo, es un escape que puede encajar perfectamente en la mente del consumidor.

Transmitirle un mensaje ofensivo, sin provocación y poca sensibilidad puede terminar sepultando nuestra marca.

Usa el humor en tus campañas con inteligencia. Lo lograrás siendo creativo pero también sensible ante las percepciones de tu público.

 

¡Descarga nuestro eBook!